¡Hola! Hoy te traigo una receta tan sencilla y tan rica, que aún no sé por qué he tardado tanto en hacerla. Son unos molletes 100% integrales. Si hay algo que me encantaba de pequeña, era desayunar unos molletes tostados. El otro día me acordé y me puse manos a la obra. ¡Sorpresa! No os podéis imaginar lo riquísimos que quedan estos molletes, ¡tan tiernos como los molletes originales! En casa han triunfado (incluso entre los que no son fans del pan integral). ¡Ya no tienes excusas! En el último paso de la receta, te dejo unos consejos para que los conserves perfectamente. Próximo objetivo: Hacerlos sin gluten ;)
Ingredientes (para 8 molletes): (Si pinchas en las palabras en negrita, verás cómo comprar los ingredientes)
- 500g de harina de trigo integral
- 4g de levadura seca de pan (medio sobre aproximadamente)
- 375ml de agua templada
- Una cucharadita de sal (en casa comemos poca sal, así que si sueles ponerle bastante sal a las comidas, pon una cucharada grande de sal)
Elaboración:
- En un bol, mezclamos todos los ingredientes (la sal lo más lejos posible de la levadura, y el agua la añadiremos poco a poco para no pasarnos) y amasamos bien durante unos 10 minutos.
- Ponemos un poco de harina en el fondo del bol y dejamos que la masa fermente (tapando el bol con un paño).
- Una vez que casi haya doblado su volumen (tras una hora aproximadamente), ponemos el horno a precalentar a 220 grados (colocando una fuente con agua en la base del horno). Es importante que no doble del todo su volumen o que no se pase de fermentado, porque entonces la masa habrá sobrefermentado y los panes no quedarán tan esponjosos (si te pasa, no te preocupes, puedes seguir adelante con la receta y los panes también quedarán ricos, pero con una miga más densa).
- Dividimos la masa en 8 partes iguales (es más fácil si divides primero en dos, y después cada mitad en 4 partes, o también puedes ir pesando las partes para que todas sean iguales, pero no es necesario).
- Ponemos un poco de harina en una superficie limpia, hacemos 8 bolitas iguales (lo más parecidas que podamos), y las aplastamos para que tengan forma de mollete.
- Colocamos papel de horno encima de una bandeja de horno, ponemos un poco de harina y colocamos los molletes bien separados unos de otros. Tapamos con un paño y dejamos fermentar unos 30 o 40 minutos más. Yo coloqué 4 en una bandeja, los horneé, y después metí otra bandeja con los otros 4.
- Horneamos a 200ºC con calor abajo durante 10 minutos.
- Bajamos a 180ºC, ponemos calor arriba y abajo y horneamos 10 minutos más. ¡Y listo! Quedan deliciosos, y podéis congelarlos (si los vais a comer en tostadas, os aconsejo abrirlos y congelarlos ya cortados, así sólo tendréis que sacarlos del congelador y meterlos directamente en el tostador).
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