¡Hola! ¿Quién dijo que no era posible disfrutar de una buena hogaza sin gluten y sin ningún tipo de lácteos? Además, es fácil de hacer y no requiere de mucho tiempo, teniendo en cuenta que necesita su fermentación y su levado, como todos los panes que llevan levadura (sí sí, hay panes que no la llevan, aunque eso lo dejaremos para dentro de un tiempecito).

Ingredientes
- 500 g de Mix B Schär (podéis usar cualquier otro mix panificable sin gluten, pero cada uno de ellos necesitará un tiempo de fermentación diferente, así como más o menos agua).
- 450 ml aproximadamente de agua tibia (mejor no añadirlo todo de golpe, sino poco a poco, según nos vaya pidiendo la masa, para que no nos quede una “sopa” de harina).
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra (AOVE).
- Un par de cucharadas soperas de sésamo tostado (es opcional, pero a mí me gusta el sabor tostadito que le aporta al pan).
- Un sobre de levadura seca de panadería (contiene 7 gramos, es importante asegurarnos de que es sin gluten, yo lo compro en Mercadona).
- Una pizca de sal.
Elaboración
- En un bol, mezclar la harina (mix B) con la levadura, la sal y el sésamo.
- Ir añadiendo poco a poco el agua, hasta obtener una masa más bien pegajosa, pero no demasiado, que se pueda trabajar con las manos.
- Añadimos el AOVE y lo mezclamos todo bien con la masa.
- Amasamos en una superficie durante unos 5-7 minutos, hasta que la masa no se nos pegue a los dedos y sea manejable. Es importante no añadir más harina, es un error muy común al amasar los panes sin gluten. Las harinas y mixes sin gluten son más pegajosas que las harinas con gluten, pero si añadimos aún más harina, lo que conseguiremos será obtener un pan más duro que una piedra.
- Una vez que está amasado, lo volvemos a pasar al bol, pero colocando previamente un papel vegetal o de horno (cortaremos la cantidad que sobresalga del bol para darle forma redonda al papel y que se adapte al bol). Tendremos entonces el bol con el papel vegetal dentro y, sobre este papel, nuestra bola de masa.
- Tapamos el bol con film transparente (que quede bien sellado para que no se desgasifique demasiado) y lo dejamos en un sitio más bien calentito y alejado de cualquier corriente de aire. Yo lo suelo meter en el horno (¡apagado!) y cerrado.
- Esperamos hasta que haya doblado su volumen. Aquí es donde encontramos la principal diferencia con respecto a otros mixes. El mix B tardará unas 2 horas en duplicar su volumen, mientras que otros, como el de Hacendado, tarda bastante más.
- Sacamos el bol del horno y precalentamos a 240ºC. Importante, colocaremos en la base del horno una fuente apta vacía.
- Cuando el horno esté caliente, pasamos a una bandeja de horno nuestro pan. Para ello, le quitaremos el film transparente al bol y agarraremos el papel de horno, con nuestro pan encima. Pondremos entonces este papel de horno con nuestro pan sobre la bandeja.
- Pintamos el pan con AOVE (con ayuda de un pincel) y, usando una cuchilla o un cuchillo afilado, haremos cortes no muy profundos en su superficie (yo hice una X, pero se puede hacer una línea, un triángulo, un cuadrado, lo que más os guste).
- Metemos la bandeja en el horno y echamos un vaso de agua fría sobre la fuente que habíamos puesto a calentar. Cerramos inmediatamente el horno, para que no se escape el vapor que ha creado el agua fría al entrar en contacto con la fuente caliente.
- Horneamos unos 10-15 minutos a 220-240ºC, con calor arriba y abajo y ventilador.
- Pasado este tiempo, abrimos el horno (¡con muchísimo cuidado, si el vapor nos da en la cara puede quemarnos!), sacamos la fuente en la que echamos el agua, cerramos de nuevo y bajamos la temperatura a 200ºC.
- Horneamos a 200ºC durante unos 40 minutos (si tu horno es potente, necesitará menos tiempo), hasta que el pan se vea doradito y, al golpear con los nudillos sobre la base, suene a hueco, eso nos indicará que la miga está en su punto.
- Lo sacamos del horno y lo dejamos reposar sobre una rejilla, nunca sobre una bandeja o plato, para que el pan pueda sudar la humedad y no se quede la miga mojada en la base.
- Cuando ya esté frío, podemos cortarlo ¡y comerlo! Un consejo, al ser un pan de medio kg, yo lo corto en rebanadas y congelo las que no vaya a comerme, porque el pan sin gluten se conserva peor que el pan con gluten, tiende a apelmazarse y a endurecerse más.
¡Espero que te haya gustado la receta! Si pruebas a hacerla, no dudes en decírmelo, ya sea etiquetándome en las redes sociales o enviándome un mensaje (aquí en el blog tienes un apartado de “Contacto” donde puedes dejarme cualquier mensajito).
¡Un saludo!


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