Galletas facilísimas de plátano y avena (veganas, sin gluten y sin azúcar)

¡Hola de nuevo! Vuelvo para dejaros una receta súper fácil, rápida, con ingredientes al alcance de todos/as, sin gluten, sin azúcar, vegana y sanísima. ¿Qué más se puede pedir? Se trata, nada más y nada menos, que unas galletas de plátano y avena. Como usamos un plátano maduro (cuanto más maduro, mejor), ya le aporta ese característico sabor dulce y no hace falta añadir azúcar. Además, como soy muy fan del coco, estas galletas también lo llevan, así que tiene ese saborcito que le aporta el coco tan increíble. Ten en cuenta que no quedarán crujientes como las galletas convencionales, éstas tendrán más bien una textura parecida a las típicas barritas para deportistas. Vamos allá con la receta.

Ingredientes
  • Un plátano maduro grandecito (o dos pequeños).
  • Media taza aproximadamente de copos de avena sin gluten (yo los compro en la sección sin gluten de Carrefour). Si queréis las galletas un poco más crujientes, añade más copos, cuantos más añadas, más crujientes estarán, pero también será más fácil que se queme.
  • Una cucharadita de postre rasa de canela (mejor si es de variedad Ceylán, la puedes comprar en LIDL).
  • Una cucharada sopera colmada de coco rallado (puedes poner dos si te gusta mucho, como hice yo).
  • Un puñado de uvas pasas en trozos pequeños.

Elaboración
  1. Pon a precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo, sin ventilador.
  2. En un bol, aplasta primero el plátano hasta que quede con una textura parecida a la de un huevo batido (aunque un pelín más espesa, pero tiene que quedar un poco líquido).
  3. Añade el resto de ingredientes y mézclalo todo muy bien, para que no haya partes con mucha canela o coco, y otras sin nada.
  4. Coloca un papel vegetal apto para horno en una bandeja y, con ayuda de una cuchara, coloca pequeños montoncitos del tamaño y grosor que quieras. Ten en cuenta que estas galletas no van a subir, así que tendrán el grosor que le hayas dado al montoncito que coloques. Mientras más pequeñas y más planas, menos blandas quedarán.
  5. Hornea unos 15 minutos a 180ºC con calor arriba y abajo (nuevamente, sin ventilador). Aun así, cada horno es un mundo, así que vigila las galletas para que no se quemen.
  6. Sácalas y déjalas enfriar sobre una rejilla, ya que, al ser unas galletas más bien húmedas, si las dejas sobre una superficie plana van a sudar y quedarán demasiado blandas. Consejo: Ahora que viene el calor, es mejor guardarlas en un tupper en el frigorífico, así te ahorras sorpresas (llámese moho y otros amigos no deseados).

¡Y ya está! Más sencillo imposible, ¿verdad? Ya sabes, si las haces, cuéntamelo, ya sea etiquetándome en redes sociales, o enviándome un email.

¡Un saludo!

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